América Latina se destaca por su inequidad en términos de desarrollo tecnológico en el ámbito de los pagos digitales. Mientras algunos países se encuentran a la vanguardia en innovación y adopción tecnológica, otros enfrentan mayores desafíos en esta área. La región ha presenciado la implementación de diversos medios y tecnologías de pago, con distintos niveles de adopción y desarrollo en cada uno de ellos.
En Brasil se ha introducido PIX, un sistema de pagos instantáneos que ha ganado popularidad rápidamente. Argentina, por su parte, ha implementado las transferencias 3.0 y el uso generalizado de códigos QR para facilitar las transacciones. Chile ha adoptado el modelo de cuatro partes, mientras que en Perú se ha implementado Tap to Phone, una tecnología que permite convertir los teléfonos inteligentes en dispositivos de pago. México, Colombia y Paraguay han optado por dispositivos como mPOS y SmartPOS para mejorar la experiencia de pago.
«La región es uno de los escenarios más destacados del crecimiento de los pagos digitales y las compras online«, comenta Arturo Ramos, vocero de Geopagos. «En apenas una década, millones de personas se han volcado masivamente a los pagos con tarjeta, QR o transferencias, y miles de comercios han accedido a soluciones para aceptar pagos, especialmente los mPOS y SmartPOS, que han ampliado su capacidad para concretar más ventas«.
Según un informe de AMI (American Market Intelligence) correspondiente a 2023, América Latina ha experimentado un importante avance en la adopción de pagos digitales. Por primera vez la región presenta una menor proporción de pagos en efectivo en comparación con otros medios de pago, incluyendo el comercio electrónico y las transacciones minoristas. En las principales economías de América Latina, excluyendo Brasil, el efectivo representa el 45 por ciento de los pagos minoristas (en contraste con el 70 por ciento registrado en 2020). A nivel regional, el efectivo aún ocupa el 53 por ciento de los pagos, aunque esta cifra también ha disminuido.
«Las opciones digitales para aceptar pagos que se han sumado en el último tiempo han democratizado el comercio y mejorado las finanzas de pequeños y medianos emprendedores gracias al aumento en las ventas«, agrega Ramos. América Latina continúa avanzando hacia la digitalización de los pagos, y se espera que en los próximos años se siga reduciendo la dependencia del efectivo en la región. Los diferentes medios y tecnologías de pago implementados en los distintos países han contribuido a mejorar la inclusión financiera y a potenciar el crecimiento del comercio en línea y minorista. A continuación, extractos del reporte:
● México es la principal economía mundial de habla hispana, con una población de 126 millones de personas. Durante décadas, el efectivo fue el refugio de confianza de los mexicanos. En 2023, según AMI, si bien el efectivo se sostiene como principal medio de pago lo hace en un 66 por ciento (en 2021 era de un 90 por ciento), frente a un 26 por ciento de tarjetas y 8 por ciento de medios de pago alternativos. El quiebre lo provocó el crecimiento de las terminales POS de aceptación de pagos, tanto los mPOS (conectados al celular) como los SmartPOS, que se diseminaron con gran velocidad en todo el territorio. Lo curioso del fenómeno fue que estos dispositivos son colocados tanto por jugadores tradicionales como BanBajio, Fiserv, como los no tradicionales, fintechs como Ualá. En este país se buscó replicar la tendencia del QR a partir de la aplicación del CODI (Cobro DIgital), el cual está distribuido entre distintos agentes de la industria, pero no ha crecido aún como se esperaba.
Brasil: más allá del crecimiento vibrante del ecosistema fintech, fue una iniciativa del Estado la que terminó de definir la fisonomía de los pagos digitales en la economía más grande del continente. En noviembre de 2020, el Banco Central de Brasil estrenó Pix, un sistema de pago en tiempo real cuyo objetivo era ampliar las opciones de pago de la población y sobre todo facilitar la interoperabilidad entre los diferentes actores de la cadena: cualquier banco o fintech se puede subir al sistema. En poco tiempo, Pix cambió todo, y cerró 2022 con más de 24 mil millones de transacciones, un promedio de 66 millones de operaciones diarias, para convertirse en el principal medio de pago del país. Los pagos en PIX son sobre todo cotidianos: en cualquier playa de Río de Janeiro, Recife o Fortaleza se puede pagar un milho, una caipirinha o un queijo con Pix. Los vendedores ambulantes o pequeños comercios simplemente necesitan un celular y una cuenta bancaria.
Argentina: el dinero se mueve a la velocidad de la luz. A diferencia de la mayoría de los países de la región, durante los últimos quince años, el país sufre los males de la inflación. En 2023, se encamina a superar el 100 por ciento anual. Si bien el efectivo sigue teniendo una fuerte presencia, el crecimiento de fintechs disruptivas y nuevas iniciativas de los bancos ampliaron las posibilidades de pago para los argentinos. Empujado por el Banco Central se implementa el sistema de pagos Transferencia 3.0, el cual mediante la interoperabilidad de códigos QR facilita las transacciones entre los actores del ecosistema financiero reemplazando en gran medida a las transacciones en billetes o con cheques físicos.
Colombia: aunque la preferencia de los colombianos sigue siendo el pago en efectivo, se ha presentado un creciente interés por los pagos digitales,según datos compartidos por el Banco de La República, las transferencias electrónicas pasaron del 2.7 por ciento en 2019 al 12,6 por ciento en 2022. Se busca seguir aumentando este fenómeno a partir de la iniciativa que impulsa el mismo banco con la creación de un Sistema de Pagos Inmediatos (SPI) y de la que alienta la Superintendencia Financiera de Colombia para que las billeteras digitales y las apps bancarias sean interoperables, a través del código QR. Adicional a esto, Colombia se ha posicionado como un referente en el sector Fintech en América Latina, sólo superado por Brasil y México. Gracias a la innovación y la tecnología, los colombianos cuentan con nuevas alternativas de pago que les ofrecen rapidez y seguridad, panorama que seguramente seguirá aportando el crecimiento de los pagos digitales frente a los métodos tradicionales.
Perú: la rápida digitalización del mercado de pagos proviene de la reciente interoperabilidad de las aplicaciones Yape y Plin, aunque este mercado es también la punta de lanza de una de las soluciones de pagos más disruptivas dentro de los países de la región de habla hispana: Tap To Phone. Esta tecnología convierte a un Smartphone en una terminal de pagos para aceptar tarjetas de débito o crédito. Según sus propios datos, alrededor del 50 por ciento de las transacciones de Visa en la región se realizan sin contacto, tanto en teléfonos celulares como en terminales POS. La clave de ambas tecnologías es el NFC (Neaf Field Communication), que permite la comunicación sin contacto entre una tarjeta y un dispositivo.
Chile: es uno de los mercados con mayores índices de bancarización y penetración de los pagos digitales. La nueva Ley Fintech y la regulación del modelo de cuatro partes en 2021, que separó la figura de la entidad emisora del adquirente, revolucionó al ecosistema y permitió que más jugadores ofrecieran opciones de aceptación de pagos a los pequeños comercios y emprendedores. Además, impulsó la competencia y la adopción de soluciones de pagos móviles y contactless, brindando mayor comodidad y flexibilidad tanto para los consumidores como para los comercios.
Paraguay: la caída del uso de efectivo se dio a través de dos tecnologías principalmente: las transferencias digitales y la diseminación de POS. En el último tiempo se contabilizaron 29,1 millones de transacciones realizadas con tarjetas de crédito, de las cuales poco más del 90 por ciento corresponde a las compras realizadas con POS. En contrapartida, durante el último año se habían dado solamente 21,5 millones de operaciones con plásticos, entre las compras con POS y las de internet, con lo cual se evidencia una variación interanual de alrededor de 35 por ciento concretada el año pasado.