Por Jorge Hernández
El mercado global de videojuegos produce más dinero que las industrias del cine y la música combinada, con más de 180.000 millones de dólares de ingresos, solo en 2021. Es un mercado que sigue creciendo y en el cual Colombia toma parte. Para ser más exactos, y según cifras de la firma analista Newzoo, los videojuegos en Colombia generaron ingresos por más de 1.200 millones de dólares en 2021. Esta cifra apenas llegaba a los 400 millones de dólares en 2019.
Un informe de ProColombia revela que entre enero y julio del presente año (2022), las exportaciones de videojuegos colombianos superaron los 600.000 dólares. Los principales mercados para el videojuego nacional son Estados Unidos, Chile, Ecuador y Rumania. ProColombia llevó en agosto pasado a 14 empresas de Bogotá, Medellín, Villavicencio, Bucaramanga y Barranquilla a la Gamescomm 2022, la mayor feria europea de entretenimiento y juegos interactivos, celebrada en Colonia, Alemania.
Según un estudio reciente de Visa, más de 13.3 millones de colombianos habían pagado por jugar desde sus teléfonos, consolas de videojuegos y computadores personales en 2021. Pero este número palidece comparado con el mercado regional, ya que sólo en América Latina existen más de 146 millones de jugadores que han adquirido algún tipo de videojuego.
Sorprendentes para algunos, estas cifras, no obstante, estaban en los planes de los desarrolladores colombianos de videojuegos, un grupo que desde hace años decidió apostarle todo a una industria que aman y que conocieron siendo gamers. Incluso tienen una asociación llamada “Colombian Videogames Association” (COVA). “Actualmente, hay 15 estudios con gran trayectoria, que crearon la COVA. Pero los pioneros de la industria son Efecto Estudio, Teravision Games, Dreams Uncorporated y Brainz, una empresa luego comprada por Jam City, entre otros” explica Sandra Rozo, periodista especializada en la industria de videojuegos y directora de la revista gamers-On. En total, se estima que en Colombia existen al menos 80 empresas desarrolladoras de videojuegos, aunque no todas han alcanzado el nivel de competitividad y madurez suficiente para entrar en los mercados internacionales.
El nacimiento de Cova se remonta a 2018 y es producto del deseo de colaboración entre los estudios locales. De esta forma se reunieron, aparte de los cuatro grandes mencionados anteriormente, otros emprendimientos como Amazing Soul Games; Ashara Studios; Atomic Studio; BlockWise Studios; C2 Game Studio;Gametron Studios; Indie Level Studio; Mad Bricks; On3D Studios; Slashware Interactive y Timba Games, entre otros.
Las razones para asociarse se deben a la forma misma como se crearon estos estudios locales, a comienzos del milenio. “Un puñado de desarrolladores de juegos indie, con más pasión que conocimiento, decidieron aventurarse en lo desconocido y sentaron las bases para los estudios que vinieron después” reza la misión de COVA. Gracias a este proceso se aprendieron muchas lecciones que ahora se desea compartir con los que llegan a la industria
Y estos esfuerzos han dado fruto. Sandra Rozo afirma que la industria local está pasando por buen momento: “Después de más de 15 años de trabajo, los desarrolladores colombianos se han ido posicionando internacionalmente y han demostrado que en el país se hacen productos de calidad como, por ejemplo, CrisTales, un videojuego desarrollado por Dreams Uncorporated; también Decoherence realizado por Efecto Estudios y recientemente Killer Klowns from Outer Space: The Game, deTeravision Games, el cual fue revelado en el último Gamercon y cuyo tráiler generó más de cuatro millones de vistas en YouTube”.
Fenómenos relativamente recientes, como la pandemia ocasionada por el Covid-19, favorecieron el mercado de los videojuegos, explica Eivar Rojas Castro, CEO de Efecto Estudio y uno de los líderes de la industria local. “Gracias a la pandemia se realizó una consolidación tanto de compañías como entre las personas que prestan servicios locales y es que se generó una alta demanda global que ayudó a generar un crecimiento constante entre los estudios ya consolidados y ayudó a los pequeños desarrolladores a estabilizarse como proyectos viables económicamente”.
Una de las compañías colombianas más grandes en la industria de los videojuegos es Polygonus, con sede en Medellín. En realidad, es un gran estudio de arte digital, que trabaja en todas las disciplinas de la industria: videojuegos y cine, modelado 3D y animación. Fundada por un grupo de desarrolladores antioqueños, encabezados por José David Cardona, exporta productos y talento, cuenta con más de 90 personas y realiza operaciones también en Nueva York y Dublin. Polygonus tiene además una Academia, que ha formado a miles de jóvenes desarrolladores y creativos en producción digital para cine y videojuegos.
Esfuerzos y ¿por dónde empezar?
Por supuesto, estas buenas noticias no surgieron de forma espontánea, sino que son fruto del esfuerzo constante de sus protagonistas, muchos de los cuales fueron autodidactas. Con el paso de los años los proyectos educativos y eventos organizados por la comunidad, ayudaron a formar una nueva generación de talentos. Así nacieron iniciativas globales como los Game Jam, traído a Colombia en 2010 por Sandra Rozo. Se trata básicamente de una hackathon: un evento de desarrolladores que se reúnen para crear uno o más videojuegos en 24 o 48 horas.
“Desde la revista Gamers-on estamos organizando el Latam Game Jam, un encuentro interuniversitario regional, para el desarrollo de videojuegos en cinco días”, añade Rozo. El objetivo de este evento es que los estudiantes universitarios vivan la experiencia de desarrollar videojuegos, como los hacen los profesionales; enfrentándose al reto de no conocer a su equipo de trabajo, adaptándose al horario y las diferentes culturas de Latinoamérica.
También se deben reconocer los esfuerzos gubernamentales, mediante eventos como Colombia 4.0, ideado por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, que busca promover la industria creativa, así como las convocatorias Crea Digital del Ministerio de Cultura, entre otros.
De la misma forma han surgido nuevos modelos y alternativas de formación para el desarrollo de videojuegos, una industria que reúne en un solo producto animación, programación de software, diseño, escritura creativa, diálogos, mercadeo, etc. Disciplinas que ahora se pueden aprender por medios no formales como Youtube, cursos en línea como Udemy, Skillshare, Platzi o Pluralsight; en academias locales como Arkde o incluso en cursos universitarios.
Aunque falta por conocer los resultados de esta bonanza de escuelas, eventos y talento, el futuro parece prometedor, porque es seguro que los juegos son una tendencia tomada muy en serio en nuestro país.
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[…] la joven, pero muy prometedora industria colombiana de videojuegos, en donde varios estudios de desarrollo han logrado éxitos importantes y en el primer semestre del […]