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5G nos obligará a comprar teléfonos nuevos y costosos

La quinta generación de telecomunicaciones acelerará el apagado de las redes 2G y 3G. Pero el bolsillo de los colombianos no está listo para ese cambio.

Por Alvaro Montes
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Hace algunos años en el mercado de celulares reinaba Nokia, con sus dispositivos comúnmente llamados flechas, los usuarios podían hacer llamadas en todo Colombia, incluso en zonas muy apartadas. Hoy ya no queda rastro de esos teléfonos porque no funcionan en las redes actuales, y ese mismo destino les espera a algunos celulares con la llegada de 5G.

De acuerdo con Juan Carlos Buitrago, vicepresidente de JSC Ingenium, empresa especializada en el desarrollo de infraestructura de red para operadores móviles, es indiscutible que las redes 2G y 3G se van a apagar (en noviembre del año pasado Tigo apagó su red 2G) y será mediante un proceso gradual, no de la noche a la mañana, porque aún hay usuarios que tienen servicios en esas tecnologías.

Para Buitrago, uno de los puntos álgidos de ese cambio son las terminales (celulares) que quedarán obsoletos, por ello recomienda un plan entre el gobierno y los operadores para ir cambiando los dispositivos.

“El principal reto son las llamadas por voz, porque en un gran porcentaje siguen funcionando en 2G y 3G, es decir que, aunque el teléfono tenga una conexión 4G y se conecte a internet, cuando el usuario va a realizar una llamada, el dispositivo se cambia a 2G o 3G”, expresó Buitrago.

Al respecto, Iván Montenegro, gerente de Suma Móvil, operador virtual que trabaja en el territorio nacional, comentó que actualmente en Colombia hay 72 millones de celulares, de los cuales aproximadamente el 35 por ciento son “feature phones”, comúnmente conocidos como flechas, los cuales en cifras serían unos 25 millones de teléfonos.

Buitrago aseguró que, para llamar sin usar las redes tradicionales los teléfonos necesitan conexiones de LTE Voice, más conocidas como Volte. En cifras, el 60 por ciento de los teléfonos que hay en Latinoamérica no soportan esta tecnología. “Los usuarios pueden tener un teléfono 4G con datos, pero si no hay redes 2G o 3G y el celular no soporta Volte no van a poder llamar”, explicó.

Añadió que, hace unos años un teléfono 4G o 5G con Volte costaba entre 400 y 500 dólares, un costo alto para una población como la colombiana donde más del 80% devenga menos de dos salarios mínimos. Hoy los precios de los teléfonos han disminuido y se pueden conseguir en 180 dólares, sin embargo, para Buitrago es claro que los operadores se tienen que unir, porque para ellos es más rentable colaborarle al usuario final con descuentos especiales para cambiar sus teléfonos, que el costo que implica mantener todas las redes operando, 2G, 3G, 4G y 5G.

José Otero, vicepresidente de 5G Américas para América Latina y el Caribe, coincide con Montenegro en que el precio y el acceso a los celulares marcan la diferencia en la diminución de la brecha digital, porque una de las barreras de entrada más importantes que enfrentan los colombianos para acceder a las tecnologías de información y comunicaciones es la pobreza.

Todavía estamos en un periodo de escasez mundial de microprocesadores y el precio de los dispositivos que se pueden conectar a redes 5G es alto. Estamos en Colombia, el único país latinoamericano donde no se permiten contratos de permanencia, y por lo tanto los operadores no pueden subsidiar los teléfonos, como se hacía antes”, dijo Otero.

Además, el vicepresidente de 5G Américas para América Latina y el Caribe explicó que la mayoría de los colombianos tienen teléfonos de 300.000 y 400.000 pesos, es decir menos de cien dólares. Y nuevamente coincidió con el representante de de JSC Ingenium en que los teléfonos 5G más baratos que están llegando a algunos mercados de América Latina están cercanos a los 180 dólares; es decir que la gran mayoría de los colombianos no pueden pagar esos equipos.

Telefónica Movistar trabaja permanentemente en la evolución de sus redes a tecnologías más avanzadas. En sus planes está el apagado de 2G para fines de 2024, para lo cual ofrecerán alternativas a los clientes que continúen alojados en esa red.

Cifras del último boletín trimestral de las TIC del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones, MinTic, correspondientes al cuarto trimestre de 2022, revelan que un 85.3 por ciento de los accesos móviles se hicieron por medio de redes 4G, mientras que un 13.2 por ciento se hizo en redes 3G y solo un 1.5 por ciento en redes 2G.

Pero los celulares no son los únicos dispositivos que aún usan redes 2G y 3G. Jesús Laborde, ejecutivo de Red Hat para Colombia y Ecuador, advierte que existen otros equipos que usan esas redes, por ejemplo, los datafonos, por eso asegura que es necesario que los proveedores determinen el número de equipos que usan esas redes y así tomen la decisión de apagarlas o desarrollar planes con los clientes al momento de fidelización para renovar los equipos.

Apagar o no apagar

Tener dos o tres redes operando simultáneamente significa triple energía, triple espacio, triple mantenimiento, opina el vicepresidente global de JSC Ingenium, lo cual significa que el consumo energético se dispara. “A medida que se cambia la tecnología hay que ir apagando la otra o sino los consumos van a ser muy altos”, explicó.

Según la GSMA, organización global que unifica el ecosistema móvil, el año pasado se apagaron dieciocho redes 2G en varios países; en Alemania y Estados Unidos ya están apagando la red 3G. En Latinoamérica este proceso ha sido más lento, porque no se cuenta con los despliegues y las coberturas necesarias y no todos los usuarios tienen acceso a los teléfonos para soportar las nuevas tecnologías.

Para Laborde, una de las apuestas de Red Hat es aprovechar las plataformas de nube para optimizar el consumo energético. Actualmente, cuando las funciones de red están desplegadas en servidores físicos consumen energía todo el tiempo, en la nube se puede disminuir el uso de funciones y con ello el uso de energía, pero aprovechar los recursos de infraestructura para optimizar el uso de energía solo es posible en redes 5G.

En pruebas de laboratorio hemos visto, en diferentes servidores de varias marcas, que se alcanzan optimizaciones hasta del 30 por ciento en el consumo energético y esto va de la mano con los requisitos de los gobiernos con miras a reducir las emisiones de carbono en 2030”, dijo el representante de Red Hat.

En 2G y 3G no se obtiene esa optimización. Laborde y Buitrago concuerdan en que las redes pueden coexistir, pero energéticamente no es lo más eficiente y la propuesta siempre será hacer una renovación poco a poco, entendiendo que para los operadores llegar a 5G representa una gran inversión si se suma el licenciamiento del espectro y la infraestructura.  

En Colombia, las redes 2G y 3G se desplegaron en 2007 y hoy todavía algunas zonas apartadas las usan, normalmente la vida útil de estas redes es de 10 años. La licitación para redes 4G se dio en 2021 y aún está en un proceso de retorno de inversión para los operadores. El despliegue de 5G, incluyendo las estaciones base y la adopción por parte de los usuarios, puede tardar cinco o seis meses y puede llegar a ser productiva en un año o más.

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