Esta evolución tecnológica no solo redefine la forma en que buscamos información en línea, sino que también plantea preguntas cruciales sobre la adaptación de los modelos de negocio en esta era de la IA y la experiencia del usuario en el cambiante paisaje de la inteligencia artificial generativa.
El panorama de las Big Tech, como Microsoft y Google, ya está unido inevitablemente al desarrollo de la IA y sus innovaciones. En este contexto, y en un movimiento que demuestra que la compañía con sede en Mountain View no se queda atrás, Google presenta una nueva era para su motor de búsqueda al integrar inteligencia artificial generativa.
Este cambio estratégico se alinea con la competencia feroz entre gigantes tecnológicos Google por dominar la inteligencia artificial generativa, encabezada por ChatGPT, de Open AI (y que precisamente está asociado con Microsoft). Aunque anunciada en el pasado evento Google I/O, la implementación de esta tecnología ha sido gradual y cautelosa.
Lo que hay y lo que viene
A diferencia de las funciones anteriores, la última actualización utiliza Lens, el sistema de búsqueda visual de Google, para responder a preguntas formuladas a través de imágenes, según informaciones de El Confidencial. Este enfoque busca simplificar la obtención de información, permitiendo a los usuarios capturar imágenes y recibir respuestas contextuales generadas por inteligencia artificial. La empresa ofrece ejemplos como fotografiar una planta para obtener consejos de cuidado o consultar sobre una cascada en un video para planificar una ruta.
Este cambio marca un paso significativo hacia la inevitable “Experiencia Generativa de Búsqueda” (SGE) anunciada en el último Google I/O. Este proyecto promete una transformación radical del buscador, incorporando un módulo de chatbot que generará respuestas y enlaces recomendados de manera destacada. Aunque aún en fase beta en Estados Unidos (y en Europa llegará más tarde, dada su regulación sobre todo en lo relativo a los datos), un informe de la importante consultora Gartner sugiere que la sola existencia de SGE ha comenzado a cambiar los hábitos de búsqueda de los usuarios, y se prevé que afectará el tráfico de las webs de Google en los próximos años.
Sin embargo, este cambio no está exento de desafíos y precauciones. La preocupación principal radica en el posible impacto en el negocio publicitario de Google, ya que la generación de respuestas contextuales podría desplazar los resultados tradicionales y afectar la atención de los usuarios, que tendrán que enfocarla de modo distinto. Además, la empresa ha anunciado la implementación gradual de estas funciones, comenzando en Estados Unidos y sin información confirmada sobre su llegada a Europa, dado lo ya mencionado.
Este paso de Google refleja la urgencia en la industria tecnológica de incorporar inteligencia artificial generativa de manera significativa. A medida que estas tecnologías evolucionan, la lucha por la supremacía entre gigantes como Google, Microsoft y otros continúa, dando forma no solo a la experiencia de usuario en línea, sino también a la dirección futura de la inteligencia artificial en nuestras vidas y el panorama tecnológico del futuro.