Ya conocemos ejemplos de plataformas de Inteligencia Artificial que pueden escribir, hablar, moverse, pero hasta hace poco teníamos consuelo en el sentido olfativo, pero esto cambió con el trabajo de investigadores de Google y el Monell Chemical Senses Center. Y también recrear los olores.
Los descubrimientos de los investigadores fueron recientemente publicados en el PNAS ( Proceedings of the National Academy of Sciences) que explicaba cómo funciona el sentido olfativo: a través de sensores en nuestra nariz que analizan partículas en el aire.
Según los científicos, la forma como identificamos los sensores es muy parecida a como lo hacemos con los colores, con mapas que manejan cercanías entre ciertas sensaciones, pero al mismo tiempo es mucho más complicado, pues la nariz tiene más receptores que los ojos. Para dar una idea, los ojos manejan tres grandes receptores de color. El olfato tiene más de 300 para clasificar los olores.
Para resolver este reto, los científicos echaron mano de las redes neuronales para crear un “mapa olfativo”, una herramienta a la que llamaron “principal odor map” que tendría como objetivo básico predecir los olores de las moléculas y algunas de sus propiedades.
Por ejemplo, los investigadores han encontrado unas moléculas con olores capaces de repeler insectos lo que las haría propicias para ayudar a prevenir el contagio de enfermedades transmitidas por estos organismos. Pero esto es apenas el comienzo.
Para tal fin se está llevando a cabo la construcción de una gigantesca base de datos de olores y se está combinando esfuerzos con un grupo de “catadores” humanos que han estado oliendo cerca de 400 moléculas en diferentes circunstancias para mejorar el entrenamiento de la Inteligencia Artificial.