En nuestra vida, se ha convertido en pan diario participar en videollamadas, contactar a las personas por medio del teléfono móvil, recrearnos en línea con varias personas y el intercambio rápido –casi inmediato- de información, por medio de un dispositivo conectado a internet. No obstante, y sin desconocer la importancia de este tipo de avances para la humanidad y las empresas, los seres humanos enfrentamos el dilema de mediar entre la tecnología y el bienestar social y emocional. Como afirma Pilar Ibáñez, autora del libro Bienestar Digital, la relación sana y quilibrada con la tecnología, “la forma como utilizamos la tecnología puede hacernos las personas más felices o las más infelices”. La entrevistamos para conocer sus puntos de vista sobre salud digital, un tema del que es reconocida experta en el país, gracias a sus columnas en el diario La República.
IA COLOMBIA: ¿Cuál es su balance sobre el impacto de la tecnología en la salud mental de los colombianos?
PILAR IBÁÑEZ: Conocemos el Covid-19 como el acelerador digital. Y ese nombre se da porque antes de la pandemia el uso de la tecnología era de hora y 30 minuto; después de la pandemia aumentó casi un 700 por ciento. Obviamente, en cada país es distinto, pero creo que Colombia es de los países que supera la media, o sea, es de los que está utilizando muchísima más la tecnología en todos los entornos. El uso de la tecnología está medido en la mayor cantidad de tiempo que una persona pasa frente a la pantalla de su dispositivo, y el problema con esto es que se puede llegar al extremo, hasta convertirse en una adicción.
Problemas en los ojos, la espalda, entre otros. Hay personas que tienen que pedir bajas en su trabajo porque están enfermos, se sienten mal porque se han saturado y no pueden trabajar, esto se conoce como saturación o information overload (infoxicación). Por eso necesitamos buscar el equilibrio, para que la tecnología siga siendo una herramienta de construcción y productividad, no lo contrario.
IA COLOMBIA: El sistema de salud pública del país ¿debería incluir el tratamiento de problemas de salud digital?
PILAR IBÁÑEZ: Cuando se analiza el decálogo que tenemos de enfermedades mentales, esa lista necesita actualización, porque en la parte de adicciones todavía no está contemplado el problema de la adicción a teléfonos celulares, vídeos y tecnología en general. Que, en muchos casos, son tan delicados como una persona que ha entrado en la dependencia de la droga. Ese video que quizás gustó unos 33 segundos pasó de pronto a verse más de una hora y hacer scrolling, se convierte en algo infinito. Entonces, sí es clave hacer actualizaciones al sistema público de salud, sobre todo para favorecer a niñas, niños y jóvenes adolescentes. Porque los adultos podemos pedir ayuda cuando estamos enfermos pero los más pequeños no cuentan con esas herramientas.
Por eso considero positiva la Ley del descanso donde, incluso, a las personas que escriben después de horarios laborales, fines de semana, se les recuerda la importancia de parar, de no sobrecargarse por el peligro de generar enfermedades físicas y mentalmente.
IA COLOMBIA: ¿Cuáles tecnologías afectan más la salud emocional de las personas?
PILAR IBÁÑEZ: Las redes sociales. Por eso es clave empezar con la autogestión y propiciar ciertas restricciones en su uso. Por su modelo de enganche, que hace que nos mantengamos haciendo scrolling constantemente, y porque conecta a personas desconocidas de forma orgánica. Los amigos de los amigos de tus amigos, se pueden volver tus conocidos. Esto es maravilloso, se puede conocer a alguien increíble, pero… también esto afecta la seguridad física y emocional. Así que hay que tener cuidado.
Por otro lado, hay que trabajar mucho los límites y enseñar a los usuarios a identificar a esos depredadores que están en la red, porque ese tipo de personas trabajan siempre el lado emocional para conectar. Las redes sociales son el tema más crítico actualmente. En las redes sociales hay de todo. Puedes ver un video durante unos segundos más y eso hace creer al algoritmo que te gusta, por eso empieza enviarte más de eso.
IA COLOMBIA: Los padres suelen quejarse del tiempo que gastan los hijos en videojuegos y en el uso del móvil. ¿Qué deberían hacer para controlarlos?
PILAR IBÁÑEZ: Amenazar a los niños y con “quitarles el celular” no es una medida positiva. Es claro que hay que reunir a los menores y en primera instancia definir el uso de los dispositivos, la cantidad de tiempo destinado para estudiar, entretenerse y navegar. Pero que todo esto debe venir de ellos mismos, para que aprendan a autogestionarse positivamente. Cuando se prohíben las cosas, se genera mayor deseo de hacerlas o tenerlas. La estrategia entonces es motivar límites digitales que vengan de ellos mismos.
IA COLOMBIA: Se dice que la tecnología terminará por transformar a los humanos, incluso en aspectos morfológicos. ¿Cree que esto será un problema real para las futuras generaciones?
PILAR IBÁÑEZ: Lo interesante frente a este aspecto es que sí hay estudios sobre cómo se ha ido modificando el cerebro, por ejemplo, en el caso de los gamers. También se presentan casos de cómo el uso excesivo de dispositivos afecta la postura, la espalda, los hombros, los ojos, en fin, y cómo todo eso va generando un cambio en la forma en la que nosotros nos conectamos con el cuerpo. Esto tiene sus pros y contras. Cuando nos sentimos mal, el cuerpo empieza a compensar y eso genera cambios que a la larga pueden ser significativos en la nueva relación del ser humano con su entorno y en la forma como se desarrolla o desenvuelve. Por eso es importante tener pausas activas, hacer ejercicio, tomar aire puro y el sol. Poner constantemente gotas en los ojos y cuidarse para evitar problemas de salud permanentes.
IA COLOMBIA: ¿Cómo conseguir y mantener el bienestar digital? PILAR IBÁÑEZ: Lo primero es tener conciencia digital, es decir, preguntarse: ¿para qué estoy utilizando la tecnología y cómo la puedo utilizar de mejor? Si uso WhastApp, ¿Cómo usarlo apropiadamente? Cuestionar la forma de usar la tecnología ayuda mucho. En esa concientización digital, también debemos incluir el para qué, cómo y cuánto tiempo, para regular de forma proactiva de cada uso.
En segundo lugar, hay que establecer límites digitales. Y hay que incentivar el diálogo. Si en nuestra casa queremos entrar en conexión con los demás, tenemos que dejar de lado el celular durante las comidas, sacarlo del cuarto e interactuar correctamente con las otras personas. Hay que buscar recuperar la interacción, tanto con las demás personas como con el medio ambiente.