La educación en tecnología no solo es un mercado gigantesco, uno que moverá globalmente más 429.000 millones de dólares para 2030; también es una necesidad. Especialmente en países en desarrollo como Colombia, en donde la exportación de servicios digitales está de moda. Pero existe un problema: estamos en déficit y para 2025 se estima que harían falta unos 112.000 desarrolladores de software. Hay esfuerzos públicos y privados, academias de formación de programadores, plataformas digitales, programas de gobierno, pero todas estas iniciativas, aunque muy buenas, parecen insuficientes.
En este escenario han entrado nuevos jugadores al ámbito educativo, nacidos en entornos digitales que contrastan con la educación tradicional del sector TIC, formados en universidades durante periodos académicos de cinco años. Algo que puso en descubierto la desconexión que existía “entre lo que se estaba enseñando en la educación tradicional y lo que la industria necesitaba” como explica Oscar Dueñas, CEO de Cymetria, una compañía colombiana con sede en Bogotá, enfocada en la formación de talento TI.
Esta disyuntiva no significa que la educación tradicional no sirva para la formación del talento TIC, solo implica que cada modelo tiene su propio espacio y mercado. Dueñas, por ejemplo, cree que para aprender temas como la Inteligencia Artificial es mejor hacerlo de forma presencial, con la ayuda de un profesor, “porque son temas muy complejos que requieren buenas bases”.
Orígenes
La tecnología y la educación siempre han estado entrelazadas, desde la invención de la escritura. El siglo XX no fue la excepción trayendo nuevas tecnologías como la radio y la televisión, ampliamente utilizadas con fines educativos durante décadas. Pero con la propagación de Internet un nuevo tipo de contenido educativo llegó a las masas. Al comienzo, aunque todavía persisten, se trató de contenido heterogéneo desplegado por “early adopters” que difundieron su conocimiento en plataformas masivas como Youtube y otras redes sociales. Pero un paso más adelante lo dieron plataformas creadas específicamente para enseñar. Así llegaron los Massive Open Online Courses (MOOC).
Actualmente existen decenas de opciones en línea como el edX, Coursera, Udemy y Platzi, por solo mencionar algunas. Muchos de ellos con cursos gratuitos y la gran mayoría son cursos pagos basados especialmente en el uso de microvideos. Este tipo de fuentes han sido especialmente útiles para capacitar a algunos perfiles específicos, pero aun así, no dejan de tener falencias.
Christian Vega, co fundador de Talently, nos recuerda que por buenas que sean las habilidades técnicas enseñadas, el tema de las habilidades blandas es un punto por mejorar, incluyendo capacitación en aspectos tan claves como las formas de negociación dentro de las empresas, la capacidad de trabajo en equipo y el liderazgo, entre otras.
Su importancia fue tal que el New York Times definió el 2012 como el año de los MOOC. Estos cursos masivos en internet abrieron la puerta a nuevos modelos de aprendizaje usando herramientas como vídeos de corta duración, que facilitaban el aprendizaje de temas específicos. Para 2021, y sin contar la población china, existían más de 220 millones de usuarios y lo más impresionante, 40 millones de ellos entraron por primera vez el año pasado.
Otras falencias
Volviendo a los retos de la formación TIC, en Colombia, existe un punto en el que coinciden todos los expertos: el bilingüismo. Y la oportunidad de mejora es tal que, para Óscar Dueñas, Colombia podría ser tan o más grande que la India, en la exportación de talento digital, si se supera esa barrera. Y es un desafío grande, para ser más exactos Colombia es el cuarto peor país de América Latina en dominio del inglés, apenas superando a Ecuador, México y Haití. Entre las causas de esta falencia está el modelo tradicional de enseñanza en los colegios de una o dos horas a la semana. Para superar esto, el inglés debe ser transversal y practicarse en conjunto a otras disciplinas.
Dueñas agrega que además del inglés, otro de los grandes retos es convencer a más y más personas para que estudien carreras tecnológicas, “porque realmente hay mucha oportunidad y mucho trabajo”. Y, por cierto, es un trabajo muy bien pago.
Si los profesionales se especializan en otros campos de alta demanda, como el Blockchain o la Inteligencia Artificial, podrían obtener salarios de diez mil dólares lo que equivaldría a 50 millones de pesos en la actualidad. Pero no solo esas tecnologías son prometedoras; también están otras que, incluso, se usarán en los mismos procesos educativos como el Metaverso y la Realidad Aumentada.