El proyecto Guacamaya permitirá apoyar la conservación y protección de 6,9 millones de kilómetros cuadrados de territorio, donde 6,5 millones de este son bosques. Así mismo y según datos de la WWF, el 10 por ciento contiene la biodiversidad global; con 14 por ciento de aves, 9 por ciento de mamíferos y 8 por ciento de anfibios. Naturaleza que requiere enormes esfuerzos conjuntos y de acción colectiva, desde el conocimiento ancestral, hasta el uso de sofisticadas tecnologías como la Inteligencia Artificial.
En este sentido, se unieron en propósito el Instituto Alexander von Humboldt, el Instituto Sinchi, la Universidad de los Andes y el programa AI for Good de Microsoft. Esto permitirá articular y analizar múltiples fuentes de información, que incluyen: imágenes satelitales, grabaciones bioacústicas e imágenes de cámaras trampa.
De esta forma, se generarán beneficios para el monitoreo y cuidado de la fauna y flora que existe en la Amazonía, la cual representa un importante ecosistema para estabilizar y regular los patrones climáticos regionales y globales.
Esta es una gran apuesta para el cuidado de este ecosistema, que, aunque nos parezca lejano, no lo está, ya que influye notoriamente en nuestro bienestar y representa una gran herencia para las futuras generaciones del planeta.
¿Cómo trabajará la IA en este propósito?
Guacamaya incluye una plataforma de código abierto disponible para cualquier centro de investigación, autoridad ambiental u organización científica del mundo que desee acceder, utilizar, y contribuir con nuevos datos.
La IA será una poderosa herramienta para contribuir de manera especial a impulsar esta misión de cuidado y preservación. Los modelos de inteligencia artificial son ideales para complementar los rigurosos ejercicios científicos y el conocimiento tradicional. “La tecnología ha demostrado ser una herramienta poderosa para resolver los desafíos que parecían insuperables: mapear el genoma humano, detectar enfermedades, ayudar a la protección de especies en peligro o contribuir a producir alimentos de forma sostenible. indicó Andrés Rengifo, director de asuntos corporativos y legales de Suramérica Hispana de Microsoft.
La oportunidad de unir el conocimiento, juntar la información y analizar soluciones, está limitada por nuestra propia capacidad de procesamiento. No podemos cuidar lo que no conocemos y es precisamente ahí donde la IA amplifica el ingenio humano. “La IA puede analizar enormes volúmenes de datos en tiempo real, identificar patrones y tendencias, para tomar decisiones precisas, rápidas, con lo cual se pueden abordar los desafíos ambientales más apremiantes”, agregó Rengifo.
De otra parte, el profesor Pablo Arbeláez Escalante, director del Centro de Investigación y Formación en Inteligencia Artificial (CinfonIA) de la Universidad de Los Andes, indicó que “la capacidad de analizar cantidades masivas de datos es crítica porque sabemos que es una selva tropical que abarca países y millones de kilómetros cuadrados”.
Luz Marina Mantilla Cárdenas, directora del Instituto SINCHI explicó que el proyecto Guacamaya ubicará a todos los organismos vinculados en un escenario en el que la información serpa aprovechada por los científicos para plantear soluciones rápidamente. El impacto de esta iniciativa y la importancia global que reviste, invitan a aunar todos los esfuerzos posibles para plantear innovadoras posibilidades para este increíble espacio natural.
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