Por: María Amparo Gaitán J.
Mucho se habla de las oportunidades que ofrece la Inteligencia Artificial para las profesiones STEM, es decir aquellas disciplinas relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Sin embargo, ¿qué pasa con las profesiones que vienen de las ciencias sociales, como la sociología o la filosofía? ¿Qué cabida tienen los profesionales de estas áreas en un nuevo mundo dominado por la IA?
De acuerdo con el informe Future Jobs Report 2023, presentado por el Foro Económico Mundial, el 23 por ciento del mercado laboral cambiará en los próximos cuatro años, es decir, casi uno de cada cuatro puestos de trabajo. Datos de Manpower revelan que para el 2025 habrá 149 millones de nuevos trabajos digitales en áreas como IA, machine learning, privacidad y confianza, ciberseguridad, análisis de datos, cloud, data y desarrollo de software. Hoy el 78 por ciento de las compañías globales luchan por cubrir estas vacantes del mundo de TI.
El informe del Foro Económico Mundial corrobora que las diez profesiones que crecerán por encima del 25 por ciento hasta 2027 son especialista en IA y machine learning; especialista en sostenibilidad: analista en “Business Intelligence”; analista en seguridad de la información; ingeniero fintech; analista y científico de datos; ingeniero robótico; especialista en Big Data; operador de equipamiento agrícola y especialista en transformación digital, casi todos campos asociados a las carreras STEM.
Pero, si miramos más allá, muchas de las grandes empresas de tecnología no fueron fundadas por ingenieros o matemáticos; es decir, hay espacio para liderar nuevas propuestas con IA, y, como veremos enseguida, personas de diversos campos del conocimiento serán fundamentales para la resolución de problemas.
Ingrid Zúñiga, ex directora de Comunicaciones de Platzi y asesora de Startups, nos recuerda que Stewart Butterfield, fundador de Slack, atribuye parte de su habilidad para desarrollar un producto exitoso a sus estudios en filosofía en la University of Victoria y en la Universidad de Cambridge; Reid Hoffman, fundador de LinkedIn, obtuvo una maestría en filosofía en la Universidad de Oxford; Ben Silbermann, fundador de Pinterest, estudió Ciencias Políticas en Yale. Todos ellos tienen en común que se enfocaron en resolver un problema.
“Se piensa que el mundo de la IA es solo y exclusivo para los especialistas en tecnología, pero se necesitan diferentes tipos de pensamiento para construir productos. Mi posición principal es que las personas que generalmente triunfan en el mundo de la tecnología no solo tienen carreras relacionadas con ingenierías”, explica Zúñiga.
Añadió que, por supuesto a los ingenieros se les abren más puertas en el sector, pero las personas que se destacan son aquellas que tienen una intersección de conocimientos, no exclusivamente en tecnología. También cuentan con habilidades blandas, es decir, las relacionadas con inteligencia emocional, pensamiento crítico, liderazgo, resiliencia o gestión del cambio. “Si vas a una compañía, te das cuenta que quienes lideran y quienes siempre llevan la batuta son esas personas que mejor se comunican y tienen empatía”, resaltó la asesora.
De acuerdo con Fincomercio, en los últimos años en Colombia las tres carreras donde más se han solicitado créditos son psicología, administración de empresas e ingeniería industrial, un dato que coincide con la declaración de Martha Castellanos, vice rectora académica de la Fundación Universitaria del Área Andina, quien aseguró que en Colombia hay una gran porción de profesionales que no han estudiado carreras STEM, y pueden sentirse un poco rezagados, porque muchos de ellos no están familiarizados con el mundo de la tecnología y la Inteligencia Artificial.
Adoptando la IA
Para Zúñiga, en Colombia tenemos una gran cantidad de abogados que no deben quedarse solo en el derecho y las leyes, y deberían aprender de código computacional, ser más creativos, por ejemplo, desarrollando soluciones a problemas que solamente ellos pueden ver y que quizás un ingeniero no ve.
En concordancia con Zúñiga, Martha Castellanos asegura que el derecho es un campo donde la IA está haciendo mucho por los abogados, por ejemplo, para buscar casos, sentencias y leyes que ayuden a los profesionales a tener contexto y antecedentes para sacar adelante sus procesos. “Esto les ahorra mucho tiempo de investigación; sin embargo, no reemplaza el pensamiento crítico. Ellos pueden usar la IA para verificar que la información sea la correcta y aplicarla en el contexto. Eso es lo que genera valor”, explicó Castellanos.
La vicerrectora de Áreandina añadió que el sector corporativo carece de apoyo para examinar variables complejas y ambiguas, conjugar información disponible para todos con la situación de la empresa y a partir de esos datos solucionar un problema. Estas son características del derecho, es por ello que, muy al contrario de lo que se dice, se necesitan más profesionales en leyes, lo mismo que en finanzas y contabilidad.
En el caso de los contadores, Castellanos explicó que si estos profesionales empiezan a comprender cómo está cambiando la economía y cómo los cambios afectan a los costos fijos de una empresa o de una persona será más fácil que encuentren un lugar en el mundo de la IA, porque aprovecharán todas las herramientas para convertirse en un apoyo financiero y contable de mucho valor.
Así mismo, los profesionales de marketing y diseño no desaparecerán, por el contrario, se necesitan expertos que ofrezcan contenidos y productos personalizados, que tengan sensibilidad del mercado, entendiendo los deseos del cliente, para lograr una interacción que vaya más allá de una base de datos con un montón de información fría.
En los temas pecuarios y agrícolas también hay mucho potencial. En este sector, según Castellanos, urgen expertos en temas IA para ser más eficientes en el uso de los recursos y el monitoreo de los cultivos. “Todas las profesiones que ofrecemos en el Áreandina, son profesiones que pueden potenciarse con IA, porque es una herramienta para seguir generando valor agregado”, dijo Castellanos.
Aseguró que en la docencia las aplicaciones de la IA son una oportunidad para aumentar la interacción con los estudiantes, aproximarse a la enseñanza de una forma distinta, con contenidos más colaborativos y lúdicos, incluso generar debates éticos sobre los usos de la Inteligencia Artificial.
¿Profesional o no profesional? ¿STEM o no STEM?
Hace algunos meses, Anthropic, una startup de Inteligencia Artificial fundada por antiguos miembros de OpenAI, los creadores de ChatGPT, anunció en Twitter que buscaba a un “ingeniero Prompt”, para el cual ofrecía un salario de entre 175.000 y 335.000 dólares. En el perfil del candidato, la compañía aseguraba que no requería un título en informática, solo tener «al menos habilidades básicas de programación y control de calidad”, además un espíritu de hacker creativo, ser amante de resolver acertijos, ser excelente comunicador con gusto por enseñar conceptos técnicos y estar altamente familiarizado con los modelos de lenguaje. Esta oferta de trabajo antes era impensable, entre otras cosas tendríamos que hilar fino para encajar este perfil en alguna de las carreras conocidas y ni siquiera, porque no exige un título profesional.
La experta Ingrid Zúñiga opina que hoy la educación no debe ser vista como un tiquete aéreo que conduce a un destino, si no como un pasaporte con el que se puede ir a muchos lugares. La clave para los profesionales STEM y no STEM es nunca parar de aprender. Es muy riesgoso dedicarse siempre a lo mismo, porque esas labores automáticas y rutinarias son precisamente las que están remplazando las máquinas mediante la Inteligencia Artificial.
Estudios de ManpowerGroup revelan que existe una pregunta preocupante en el mundo laboral y es ¿hasta qué punto se debe considerar un título universitario? Ricardo Morales, director general de Experis de ManpowerGroup asegura que los requisitos de títulos universitarios se han utilizado durante mucho tiempo para filtrar candidatos, y el auge de la tecnología de análisis de currículums solo aceleró esa tendencia. Pero existe una desventaja, muchos candidatos sin títulos universitarios no pueden acceder a mejores trabajos, a pesar de tener habilidades y experiencia que los hacen más calificados.
“Actualmente el ajustado mercado laboral está incitando a los empleadores a reducir o eliminar los requisitos de grados universitarios, es por ello que algunas empresas están cambiando a datos, no solo para medir el rendimiento académico sino para medir el potencial de empleabilidad de un candidato”, señaló Morales. Según explicó, se proyecta que el 50 por ciento de los empleados necesitarán volver a capacitarse en 2025. A medida que aumente la adopción tecnológica, los nuevos puestos generados requerirán que todo el sistema de educación en Colombia, enfile baterías para capacitar de forma acelerada a población según los requerimientos de las nuevas industrias.
La Universidad Áreandina enfoca sus esfuerzos en el desarrollo de planes transversales, orientados a resolver problemas claros del entorno, abordándolos desde cada área del conocimiento. Asimismo, están transformando la práctica docente hacia el uso de nuevas tecnologías, como el metaverso y la IA. “Tenemos que volvernos incómodos, decirle al estudiante que no podemos seguir viviendo así. Hay que acabar con la corrupción, con la pobreza, con la violación a los derechos humanos y el maltrato. Eso no lo va a solucionar la IA, para eso estamos los humanos, para solucionarlo desde cada una de las áreas que existen”, dice Martha Castellanos.
La IA desde otra perspectiva, desde la diversidad.
En palabras de Castellanos, la IA, representan una gran oportunidad para Colombia y América Latina, y el reto es ¿cómo ser protagonistas de esta nueva revolución industrial? La catedrática aseguró, que “sería maravilloso involucrarnos como latinoamericanos, como colombianos y como mujeres en el desarrollo de la Inteligencia Artificial”, esto aumentaría la sensibilidad y la resolución de problemas locales que programadores estandarizados no pueden ver. Cuando Castellanos habla de programadores estandarizados, se refiere a “hombres que estudiaron ingeniería de sistemas, de programación o de software y que trabajan en países desarrollados”. Una persona que tiene esas condiciones nunca va a visibilizar problemas como la pobreza que afecta a la mayoría de los latinoamericanos.
Asimismo, la vice rectora agrega que las grandes innovaciones a nivel mundial parten de solucionar un problema sentido. Por ejemplo, los pañales desechables los inventó una mujer que tenía que lidiar con esa situación y buscó como resolverla. Si hay una población con gran cantidad de problemas y diversidad de culturas es la latinoamericana. “Tenemos múltiples complejidades, entonces por qué no tomamos esas herramientas y las usamos para buscar soluciones, con un manejo inteligente, diverso, bizarro, que a nadie se le va a ocurrir porque nadie está viviendo lo que yo estoy viviendo en la región”, destacó la académica.
La nueva revolución no está en los Youtubers o los TikTokers, está en las personas que saben aprovechar los modelos de Inteligencia Artificial para resolver problemas, crear empresas, generar valor agregado. Ingrid Zúñiga cree que existe un gran potencial en los profesionales afines a las áreas de humanidades, porque son muy sensibles a ver las dificultades que aquejan a los seres humanos.
Las humanidades son carreras donde el pensamiento crítico es clave para identificar problemáticas, hacer las preguntas adecuadas y buscar las respuestas, dos premisas básicas de la IA. Tener conocimientos en diferentes áreas para hacer comparaciones, análisis y metáforas, son habilidades que tienen las personas que se destacan en todos los empleos, no los especialistas. “Los ingenieros y los científicos que más oportunidades tienen y a los que mejor les ha ido, son esas personas que tienen más afinidades humanas, más empatía, más compasión y son los que resuelven las situaciones que nos aquejan y nos hacen más humanos”, explica.
Asimismo, el director general de Experis de ManpowerGroup expresó que la unión de la innovación tecnológica con el ingenio humano, crearán un amplio crecimiento económico y ayudarán a superar los desafíos de la sociedad, esto conllevará a un crecimiento exponencial de IA en diversas industrias, generando una competencia muy fuerte por los talentos que puedan transformar los avances en soluciones y productos tangibles.
Sobre esto, Zúñiga aclaró que hoy más que nunca se necesita la diversidad en los equipos de trabajo, conformados por personas que interpreten los datos, con ingenieros, humanistas, sociólogos, filósofos, pero no encerrados en sus saberes, sino con la mente abierta, con el suficiente entendimiento de cómo funcionan los algoritmos, para aprovecharlos de mejor manera.