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Oliver: la plataforma para reducir el desperdicio de alimentos, que hace furor en Colombia

Un emprendedor barranquillero tiene la solución para recuperar los diez millones de toneladas de comida que van a la basura cada año en el país, y estará presenta en la 5ª Cumbre de Inteligencia Artificial Colombia el próximo 27 de septiembre, explicando cómo lo hace.

Por Alvaro Montes
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Cada año se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos en el mundo, según cifras de la FAO. 2.000 millones de personas podrían alimentarse con esa comida que va a la basura sin ser consumida. En Colombia también se desperdician alimentos en cantidades dramáticas: 9,7 millones de toneladas al año, según datos del Departamento Nacional de Planeación. Un estudio de la Universidad Manuela Beltrán realizado el año pasado, encontró que el 25 por ciento de los bogotanos desperdicia parte de los alimentos que compran.

Manuel Oliva es un emprendedor barranquillero que quiere solucionar este problema; al menos en el contexto nacional. Utilizando tecnología, creó la plataforma Oliver, un ejemplo de empresa de valor compartido que tiene como misión reducir el desperdicio de alimentos. La startup Oliver vende todos los alimentos que los campesinos y los supermercados no alcanzaron a vender (los excedentes), con un descuento del 60 por ciento, con lo cual genera el llamado triple impacto: Uno, los aliados – campesinos y supermercados- se vuelven más eficientes, rentables y sostenibles; dos, los consumidores pueden comprar frutas y verduras semanalmente, con ahorros del 60 por ciento en sus compras; y tres, se reduce la huella de carbono que genera el desperdicio.

Manuel Oliva, CEO de Oliver.

El marco teórico es la propuesta del autor Michael Porter, quien plantea la generación de valor compartido de las empresas con la sociedad. En el mundo, el desperdicio de alimentos genera el 10 por ciento de gases de efecto invernadero que calientan el planeta. En Colombia, estamos hablando de casi 10 millones de toneladas de alimentos que se pierden al año, de las cuales el 61 por ciento son frutas y verduras y el 25 por ciento tubérculos y raíces.

Calidad de los alimentos que ofrecen Oliver

Un ejemplo que ayuda a comprender el proceso de Oliver es el caso de un agricultor quien probablemente ha calculado que en su terreno podrá producir una tonelada de alimentos; cantidad que tiene ya comprometida con un cliente. Pero como la agricultura no es exacta, es probable que se produzca una tonelada, más 40 o 50 kilos adicionales, o quizás menos, dependiendo del clima y otras circunstancias. “Ese excedente, cuando no se tiene a quién venderlo, o se carece de las herramientas para montarlo en un marketplace y promover su salida, se convierte en alimento para animales o desperdicio; allí es donde llega Oliver para impactar positivamente, captando esos excedentes y ofreciéndolos al público en general a un precio asequible”, explica Oliva.

De esta forma se lleva a cabo la captación de alimentos condeandos al desperdicio, en su mayoría frutas, verduras, raíces y tubérculos, mediante un proceso cuidadoso de control de calidad. Los alimentos se recuperan y venden a un precio reducido. “Yo compro solo lo necesario, así no desperdicio, solo que a veces cuando llego a casa no tengo alimentos, razón por la cual a veces agrego más alimentos a mis compras”, afirma Margarita, una joven soltera capitalina.

Los pequeños productores agrícolas enfrentan el rechazo de una parte de sus productos por parte de los grandes mayoristas, debido, generalmente, al tamaño de la fruta, cuando no cumple los estándares de los supermercados. No es fácil garantizar la homogeneidad en una cosecha. El rechazo por esta causa puede llegar al 10 por ciento, y esos alimentos también son captados para ofrecerlos a mejores precios en Oliver.

El papel de la tecnología en la reducción del desperdicio

En términos prácticos, la tecnología es una poderosa herramienta para conectar personas, predecir situaciones y asegurar procesos más eficientes. Así, la aplicación Oliver se ha convertido en un potenciador de beneficios para todos los públicos involucrados en el ciclo de producción y consumo de alimentos. Los productores pueden vender sus excedentes y los consumidores comprar a buen precio productos de buena calidad. Gana la economía, la sociedad y el medio ambiente.

Utilizar Oliver es sencillo: basta descargar e instalar la aplicación a través de las diferentes tiendas (Android y iOS). La app es gratuita. Registrarse y acceder al catálogo de más de 40 productos (frutas, verduras, tubérculos, raíces y huevos) y, finalmente, realizar el pedido y programar la entrega semanal. “En estratos 2 y 3, donde la barrera con el eCommerce es que no compran por internet porque el domicilio resulta costoso, hemos incorporado el concepto de Community group buying (compra de grupos comunitarios) tan generalizado en China, al estilo de venta por catálogo, donde un líder de zona recoge los intereses de los clientes y el domicilio pasa de costar 6.000 pesos a 1.500 pesos o menos por persona”, añade Manuel Oliva.

El 29 de septiembre se celebrará el “día Internacional de concienciación sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos”, establecido por Naciones Unidas, un espacio para recordar la importancia de ser conscientes de esta paradoja, en donde, en un mundo que produce alimentos en abundancia existe hambre, y en donde muchas veces se prefiere arrojar los alimentos a la basura antes que disponerlos para quienes los necesitan. De acuerdo con investigaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en 2022 entre 691 y 783 millones de personas padecieron hambre.

Cualquier ciudadano puede contribuir con esta causa. Tenga en cuenta estas recomendamos:

1) Compre el alimento necesario, y no se exceda si observa que al final debe arrojar a la basura los alimentos que no consuma.

2) Comparta y motive un ambiente de apoyo a personas que también lo necesitan.

3) Incorpore tecnología que le permita medir sus consumos y predecir lo que realmente debe comprar para su sostenimiento al mes.

“La prioridad de Oliver es seguir trabajando para consolidarse, incorporar nuevos alimentos al portafolio, y lograr a mediano plazo, una expansión nacional a partir de 2024”, explica el fundador, Manuel Oliva. “Estamos en la entrada de la cuarta revolución industrial, donde son importantes IA, blockchain, IoT, Big Data, y en donde la IA será la grama para que todo fluya de forma más rápida y eficiente”, agrega el emprendedor.

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