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Ada Lovelace, donde todo comenzó

Figura mítica de la programación, la matemática y el feminismo, se trata de la primera programadora de la historia. Una mujer que abriría un camino por el que transitarían millones de personas más de un siglo después de su muerte.

Por Alvaro Montes
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Nacida en Londres, en 1815, la vida de Ada estaría marcada por personas extraordinarias. Desde su padre, el célebre poeta “maldito” del imperio británico, Lord Byron, hasta su madre, la extraordinaria Anne Isabella Milbanke, una mujer aristócrata apasionada por la matemática y la astronomía.

El matrimonio de Byron estaba destinado al fracaso, tras lo cual la madre de Ada decidió diseñar un plan de estudios para su pequeña hija, liberándola de los estereotipos de la época y enseñándoles todo tipo de disciplina, menos las literarias (no fuera a caer bajo la influencia de su padre).

Para tal fin, Ada fue educada por tutoras como la célebre científica autodidacta escocesa, Mary Somerville. Y fue precisamente Somerville quién le presentaría a una de las personas más importantes en su vida: el matemático e inventor Charles Babbage

Babbage, quien pasaría a la historia por ser el padre de la primera computadora, la máquina analítica, compartiría sus ideas con la joven Ada, -de solo 17 años en aquellos días-, quién se obsesionó con el potencial de esta máquina, llegando a crear el primer algoritmo de la historia.

Babbage y Ada desarrollaron una amistad que duraría años y gracias a su influencia estudiaría matemáticas avanzadas con el profesor Augustus de Morgan de la Universidad de Londres.

Y es que Ada era apasionada para todo, incluida para los juegos y apuestas, llegando a obsesionarse para crear un método que le permitiría ganar en esta disciplina, algo no muy bien en aquel entonces.

Se casaría, en 1835, con William King quien se convirtió en Conde de Lovelace tres años después, dejándole a ella el título de Condesa y teniendo tres hijos. Dentro del círculo de amistades de esta joven pareja se incluían algunos otros nombres que pasarían a la historia, como Michael Faraday y Charles Dickens.

Murió a los 36 años, en 1852, y su trabajo sería descubierto casi un siglo después de su muerte. Hoy es considerado un personaje de culto y existen diversos honores en su nombre, como un lenguaje informático (creado en 1980) y unas familias de microprocesadores, entre otras distinciones.

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